martes, 22 de septiembre de 2009

...acerca de Delirium Tremens

Divorcio del compadre.

"La más detestable autoridad. La más inocente de las rebeldías. No podía acabar de otra forma". 24 de agosto de 2007.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Intento de amanecer en Zahara

Desde la noche anterior sabía que aquella mañana sería especial por el espectáculo que presenciaría en los próximos minutos. Lo había planeado todo: el reproductor de cd's del coche, el disco de Camarón, la cañita y el sombrero de paja. Ataviado con unos pantalones vaqueros mal cortados, una camiseta de tirantes blanca y las chanclas, salió del dormitorio sigilosamente para no desvelar a su mujer. Aún era de noche. Cuando llegó a la playa se vislumbraba ya un vago trepar de la luz del nuevo día y dos figuras, allá en la lejanía, que despegaban disimuladamente sus cuerpos. Y entrando en el ensimismamiento fabulado el día anterior, mirando el horizonte, oyó una voz detrás suya que le preguntaba "¿Se puede saber qué hace usted aquí?".

...acerca de Delirium Tremens

Llegué a aquel cruce y observé con espanto la inundación que el cielo había sufrido de antenas de televisión. Allí llevaban no sé cuántos años y era la primera vez que las veía.

Alguna vez lo vi

Tal como se recuerda, qué queréis que os diga.

... Y Buck bajó de las cumbres con un mal presentimiento que poco tardó en tomar forma, cuando encontró a su único y verdadero amigo humano asesinado por la espalda. Las risotadas, los ebrios alientos y los machetazos seguían impregnando la nieve junto a aquellas pisadas extrañas y dispersas. Todo quedó allí, pero esos no lo sabían. Para él no existían testigos mudos. Todo cuanto observaba le decía algo. Fue cuando entendió que los autores de aquella masacre sin razón tenían que ser animales en lugar de humanos, que él mismo poseía más humanidad que ninguno de ellos. Pero no fue este detalle último lo que lo empujó a vengarse heroicamente.

martes, 15 de septiembre de 2009

...acerca de Delirium Tremens

¿Era miedo lo que experimentaba mientras reía embriagado junto a una mujer que no era su niña? Él nunca lo dudó. Aquello miedo no era. Aunque ella siguiera hablándole como a un cachorro recién nacido y atemorizado.

Muerte

Llegaba un punto en la calle Méndez Núñez en el cual la inclinación ascendente se hacía más que fatigosa para cualquier viandante. Por ella pasaba arriba y abajo un hombre octogenario todos los días cuyo rostro llevaba implícito la firma de la muerte. Es más, él lo llamaba así, "la muerte". Con pasos cortos e imprecisos seguía su ruta diaria sin rumbo aparente, con su gabardina azul marino ondeando, siempre con las manos vacías tanto en los viajes de ida como de vuelta. Dirigía la mirada a sus pies, vigilante a sus movimientos y a los pequeños vaivenes y baches de las aceras provocados, quizás, por raíces de árboles inexistentes.

La escena se repetía día tras día como recuerda. Mientras él permanecía sentado en su puesto de trabajo veía como "la muerte" iniciaba un nuevo ascenso para, quince minutos después, volver sobre sus propios pasos. Él allí sentado y la muerte pasando.

...acerca de Delirium Tremens

El hambre llama a mi puerta con solo ver un trozo de papel de estraza.

Mediocre

No podemos despreciar lo que anhelamos. Llegados al caso significaría que nos hemos dado por vencidos. Y hay que estar muy mal para caer sin remedio y tocar fondo. Nunca he tocado fondo, al menos según la idea que tengo de dicha expresión. Hasta el momento he bebido, llorado, drogado en innumerables ocasiones, he reído y nuevamente llorado, pero siempre acabo reconociendo la fuerza brutalmente frágil que caracteriza mi espíritu. Digamos que se compone de un cierto nihilismo revuelto con una responsabilidad extrema que a veces me ahoga. Puede que ni siquiera sepa bien de lo que trato de hablar, o en este caso escribir, pero este nimio detalle no me preocupa en absoluto porque ¿acaso no le ocurre ésto a la gran mayoría de los seres humanos? Exacto. Es la mediocridad. Y mediocre es mi adjetivo. Sólo trato de borrar la línea que separa lo que siento y lo que soy capaz de expresar.

...acerca de Delirium Tremens

Fue en una de las primeras ocasiones que durmió con ella. No vio oportuno peerse.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Juana

Cuando entraba en la habitación no pensé que fuera a producirme impresión semejante, a pesar de ir advertido de antemano. Mi abuela paterna, a la que no veía desde hacía unos tres meses, se ha quedado postrada en una cama, de repente, de un día para otro, inmóvil, casi muda, y lo que es peor, a ratos consciente de lo que le está pasando.

Una mujer que tuvo 12 hijos y padeció otros tantos abortos. Que crió a sus niños sin luz ni agua corriente con el poco dinero que el alcohol ingerido por mi abuelo durante tantos años dejaba. Que vivió en primera persona la ruptura total de la familia por, como siempre, motivos económicos y las envidias consecuentes.

Abuela Juana, no mereces un final así. Siempre tendrás un lugar muy especial en mi vida.