sábado, 26 de junio de 2010

Otro grande

Era yo muy pequeño cuando tuve el primer contacto con ellos. Fue en forma de pintada, sobre una cruz de piedra instalada en medio de la plaza que estaba frente a mi casa. Allí íbamos a jugar al fútbol, al tenis, a la vuelta ciclista con las chapas que regalaban con el detergente Luzil (cuando el ciclismo aún era un deporte respetado), a molestar a los vecinos, en realidad a lo que se terciara realmente, y un día descubrí un símbolo que no entendí hasta años después. Era la "A" rodeada por un círculo que comenzó a poblar desde entonces mis cuadernos del colegio. Debajo de ella otra inscripción: AC/DC. No sabía que se trataba de un grupo musical. Aquella plaza recuerdo que era frecuentada por los denominados "punkis" por el vecindario. Vivían todos cerca de allí, pero suficientemente lejos como para que sus padres no se enterasen de lo que hacían. Aparte de las pintadas se reunían para beber litronas, fumarse sus canutos y charlar, la gran mayoría de las veces acompañados con un radio cassette enorme a todo volumen. Hacían un pequeño hoyo en el suelo de albero y se ponían a lanzar duros, a ver quién era capaz de colar desde más lejos. O se presentaban con guantes de boxeo y se empleaban los unos con los otros, allí en medio del gentío que se aglomeraba de forma repentina ante tal espectáculo.

Fue ya por la época en que la heroína había acabado con muchos de aquellos seres de pelos de pincho cuando escuché por vez primera los AC/DC. Me los dio a conocer mi amigo César. Aún hoy día cuando los oigo se me viene a la cabeza la tarde que estábamos en la habitación de otro amigo, "El Durán", y su radio destartalada comenzó a despedir aquel sonido crudo, directo y sucio del disco "Blow up your video". Allí comenzó el mito. Con el tiempo fui descubriendo más discos de ellos. En aquel entonces tenían unos cuantos anteriores al mencionado, y me enteré que Brian Johnson no era el cantante original. No podéis imaginar cómo me quedé cuando escuché a Bon Scott, una voz que mezclaba a la perfección el blues y la energía de la rabia. Lástima su muerte temprana y etílica.

He de decir que aunque su lugar lo ocupe Johnson, el grupo, indudablemente, sigue teniendo su interés. Según mi modesta opinión, la fuerza, la gracia, la poca vergüenza y el descaro de Bon Scott no puede compararse con el de la gorrita tipo boina y toda la mercadotecnia que en la actualidad acompaña al conjunto. Creo que sí, que han perdido frescura y calidad, decantándose en demasía por estribillos pegadizos. Otra cosa son los riffs de guitarra de Angus. Pero eso digo, son otra cosa, son simplemente el grupo. Menos mal que eso sigue intacto casi por completo.

Esta noche AC/DC se unirá a la lista de grandes grupos a los que he tenido la suerte de ver en directo. Va media Alcalá, me refiero a gente de todas las edades que en su día quedaron cautivados por el empuje y la contundencia de sus temas. Allí puede que me encuentre con "el Durán", al que hace cuatro años que no veo, o puede que a César, quién sabe. Esta oportunidad no se presenta a menudo. Estoy escuchando mientras escribo "Baby, please don't go", la versión que realizó el grupo del clásico de Van Morrison. ¿La tocarán esta noche? No creo. No paro de morderme las uñas, impaciente.

sábado, 19 de junio de 2010

Go on

Te dije el otro día que llevaba mucho tiempo sin escribir aquí porque no sabía sobre qué hacerlo. Y la verdad es que me siento aquí sin saber cómo va a terminar ésto. Tengo que darle un lavado de cara al piso. Pero llevo varios días, desde que te vi, con tu imagen en la cabeza. Te vi afectado y yo me fui afectado, con la sensación de haber dejado tantas cosas por decir y de haber dicho otras tan innecesarias... Nos vamos descubriendo poco a poco ¿te das cuenta? Cada vez que nos vemos nos contamos detalles de nuestras vidas, de nuestro pasado, esas situaciones en las que sólo uno sabe cómo arde el fuego. Sí, me fui apesadumbrado, pero convencido de tu valentía. Eso tenía también que habértelo dicho. Sin esa valentía no hubiera llegado la fuerza justa para salir de donde estabas. Esta situación de ahora es un peaje que hay que pagar por haber andado a través de ese difícil camino. Y te digo una cosa: estoy seguro de que no soy el único que siente una onda admiración por tu entereza demostrada. La barrera del puesto de peaje comienza a levantarse, ya lo verás. ¿Y a "la otra voz"? A esa ni puto caso. En lo más indivisible del tema sólo se trata de una mala reacción química. Mira lo que dice Eduard Punset: "Yo es que lo flipo con la vida". Recibe un gran abrazo, amigo. Espero verte pronto. GO ON!