domingo, 16 de enero de 2011

Ya no soy el Tito Peluso

Ha ocurrido. Ayer puse término voluntariamente a un período de mi vida que podría decirse ha abarcado la mitad de ella. Sí. Me pelé. Me corté el pelo, en Utrera, en Villa Utopía, en un día que tenía pensado desde hacía demasiado tiempo, o que quizás soñara, no sé.

Por supuesto, regresé a Alcalá, a mi casa, un poco triste. Después sólo tardé en salir del cuarto de baño cinco minutos cuando me duché. Sí, lo sé, estoy viendo el lado positivo. Es cansado tener el pelo tan largo, pero hoy, cuando he despertado me he preguntado si serían ciertas las imágenes de ayer, si ya no tenía la melena alrededor de mi cuello, con los rizos acariciando levemente mis párpados y, notando un frío inusual en la punta de mis orejas y tocando con mi mano mi nuca (que parece como de adolescente...) he caído en la cuenta, no ha sido una pesadilla, ha sido un sueño precioso, nuevo, lleno de algunas más posibilidades (para qué?), de otras esperanzas y miedos (como siempre? los de siempre?), o todo ha sido al revés, o si fue una pesadilla que nunca quise tener (como si se pudieran elegir las pesadillas!!), no sé.

Ahora viene un tiempo en el que los comentarios serán los que predominen. Tampoco es para tanto. Hasta me veo más joven. Pero tampoco queráis que ponga unas fotos comparativas de el antes y el después, so cabrones!! (ahora que caigo, hay fotografías hasta del durante!!).

viernes, 7 de enero de 2011

Resumen

El año 2.010 quedará en mi memoria grabado junto a unas pocas palabras clave, unas palabras que sintetizarán todo cuanto ha ocurrido y no llegó a ocurrir. Es difícil ponerse aquí como normalmente me pongo, sin previos planteamientos ni bocetos, y soltar una patochada que suena como a sentencia. Nada más lejos de mi intención. Es sólo por actualizar un poco ésto y, bueno, porque la memoria va transformando los recuerdos a nuestra conveniencia. Es bueno dejar cierta constancia a tiempo.

Esas palabras podría incluso ponerlas cronológicamente, pero seguramente acabaría por cambiarlas de lugar. Ahí van algunas:

Nulas perspectivas (creo que fue así como comenzó el año).

Vacío y Bolaño durante unos meses.

Inglés de colegio durante otros meses.

Visita a Gibraltar.

Muerte y victoria.

Leve intento de sentirme útil.

Conil y sus fachadas blancas.

Vuelve Bolaño y Vila-Matas y otros (clásicos) y cine, mucho cine casero.

Morente, qué pena tan pronto tú también.

Laringitis aguda y nochebuena con lágrimas.

Neumonía y fin de año. Fin de un año atroz, vacío, oscuro y negro como "un cubo de petróleo".

Y en todos esos instantes que las palabras no logran atrapar estaban ellas dos (o tres con mi Luna), intentando hacerme más llevadero todavía no sé qué.