El año 2.010 quedará en mi memoria grabado junto a unas pocas palabras clave, unas palabras que sintetizarán todo cuanto ha ocurrido y no llegó a ocurrir. Es difícil ponerse aquí como normalmente me pongo, sin previos planteamientos ni bocetos, y soltar una patochada que suena como a sentencia. Nada más lejos de mi intención. Es sólo por actualizar un poco ésto y, bueno, porque la memoria va transformando los recuerdos a nuestra conveniencia. Es bueno dejar cierta constancia a tiempo.
Esas palabras podría incluso ponerlas cronológicamente, pero seguramente acabaría por cambiarlas de lugar. Ahí van algunas:
Nulas perspectivas (creo que fue así como comenzó el año).
Vacío y Bolaño durante unos meses.
Inglés de colegio durante otros meses.
Visita a Gibraltar.
Muerte y victoria.
Leve intento de sentirme útil.
Conil y sus fachadas blancas.
Vuelve Bolaño y Vila-Matas y otros (clásicos) y cine, mucho cine casero.
Morente, qué pena tan pronto tú también.
Laringitis aguda y nochebuena con lágrimas.
Neumonía y fin de año. Fin de un año atroz, vacío, oscuro y negro como "un cubo de petróleo".
Y en todos esos instantes que las palabras no logran atrapar estaban ellas dos (o tres con mi Luna), intentando hacerme más llevadero todavía no sé qué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario