martes, 19 de abril de 2011

...acerca de Delirium Tremens

Se acuerda de todas las promesas incumplidas, de todas, de todos los afectos nulos y cínicos, de todos, lo que pasa es que se hace el tonto. El desengaño ha llegado tan hondo que comienza a creer lo que desde siempre le han repetido una y otra vez al oído: "ten cuidado, ellos miran sólo su ombligo...". Ahora se daba cuenta y al mismo tiempo no terminaba de aceptarlo. Pero sí, parece que es así. ¿Por qué no los mandaba a todos a tomar por culo?

jueves, 14 de abril de 2011

Inacabado 2008-Las horas (A ti, Perico)

Llevo varios días dándole vueltas
a lo que voy a escribirte
y pasarán otros tantos antes de terminarlo seguro.
Vivimos tiempos perros. De nada sirve la historia.
En tu exilio por esas otras tierras de España
no verás aumentar la lista del paro
ni los rostros que la componen
ni cómo los del sillón de cuero
rescatan a banqueros en peligro de perder riqueza
y se olvidan de las infantiles lágrimas de la hambruna
en los continentes expoliados por nuestro primer mundo.
Tampoco te habrás enterado
de la última masacre en Palestina.
Aspiramos a vivir demasiado bien
y siempre pagan los mismos.
Algo te conozco y sé que hace ya tiempo perdiste
la fe en el ser humano. Por los días que corren
solamente puedo darte la razón. No estaría mal
ir a tu encuentro estés donde estés e ignorar
de una vez por todas
la locura la maldad la avaricia
la vida de rumbo fijo que nos marcaron
desde un principio. Pero no puedo. Ahora no.
Seguí esa línea y aquí estoy
con la pluma en la mano
y el alma embaucada e irremediable
preguntándome cómo es posible
que haya aglutinado tanto amor
y haber vivido antes sin él
haber vivido hasta ahora sin él.
Te mentiría si dijese que hay pocos instantes
en los que me siento completo
como si al fin me hubieran alcanzado
el libro de instrucciones
aunque soy consciente del peligro de mi mente puta
la más desestabilizadora de mis féminas
cuando me inflige con imágenes durante ciertas noches
que lanzo de inmediato contra mí
con el peor miedo de mi existencia.
Sí Pedro, ya ves que todo lo de hasta ahora
ha quedado relegado sin trauma alguno
afortunadamente
pues se ha configurado la prueba evidente
casi sin darme cuenta
que nada de proyectos o futuros propósitos sirven
que aferrarme a las horas
niega una supuesta adaptación a lo que se hace un mundo.
Hora tras hora se llega
tú bien lo sabes caminante.
Decir que cumpliré con lo pactado
que entre estas paredes se encuentra mi ecosistema
tranquiliza el cuerpo y alerta mi espíritu
pero de momento en esta hora
es lo que es. Hay fuera
demasiado fuego cruzado de belleza
cantos de sirenas
mucho peligro. Podría enamorarme
de ese algo nuevo perdidamente
y entonces no habría vuelta atrás a mi actual coraza
a mi contento y deleite diario
a mi vida más que bastante.
No quiero que creas
que todo son excusas para no ir a verte.
Ya te dije por teléfono que lo intentaría.
Sólo quería dejarte constancia de mis ánimos
que creo te importan como a mí los tuyos.
Pero es difícil condensar
tanto pasado y pensado en estos meses
desde que te fuiste. Así que de momento
aquí lo dejo hasta la próxima
que seguro habrá. Se despide
un fiel admirador del hombre libre
al que tú en esta hora encarnas.
Un gran abrazo Sr. Troncoso.




Era la promesa de la felicidad
y no su consecución
lo que había impulsado toda la maquinaria,
la locura y la gloria de quienes somos.

Rayuela

viernes, 8 de abril de 2011

Esos

Esos que se hacen llamar poetas
sin ningún pudor
que utilizan palabras recónditas
de un diccionario recién abierto
para terminar diciendo
cosas tan profundas
que ni siquiera ellos entienden
me dan pena y risa al mismo tiempo
porque
por qué se empeñan en escribir
como jamás hablarían?

domingo, 3 de abril de 2011

Un bicho

De nuevo he sido atacado de forma brutal. Van dos veces en apenas tres meses y en esta ocasión me he quedado tan débil que apenas reconozco mis movimientos. Ya estoy saliendo, pero han sido tres semanas de fiebres tan intensas que llegué a delirar por primera vez en mi vida, viendo cientos de extraños insectos subiendo por las paredes de mi dormitorio. Al parecer se trata de un bicho que se instaló en mis pulmones y que sólo a base de antibióticos podrá desaparecer. A día de hoy me quedan por tomarme seis pastillas para terminar con el tratamiento.

Ahora habrá que plantearse seriamente un cambio de hábitos, pues está visto y comprobado que mi sistema inmunológico es una puta mierda. Es cierto (haciendo examen de conciencia) que no me cuido demasiado, que no hago mucho deporte, que como lo que me da la gana... Pero acaso llego a un veinte por ciento de lo que algunos de mis conocidos (que no amigos) hacen con sus cuerpos y éstos lucen una salud a prueba de bombas durante todo el año. Sin embargo, y por decir una media, yo suelo coger unos ocho o diez resfriados por año, todos de garganta, todos relacionados con el humo, con un humo que no entiendo cómo se muestra tan agresivo con este pobre hombre que escribe, pues como ya digo no hago un abuso ni mucho menos tan escandaloso como los que por ahí se ven. Y es que a mí me encanta fumar, pero puedo pasarme sin fumar días y días y no lo echo demasiado de menos. Pero sí, hay que empezar a cuidarse. Podría decirse que le llegué a ver las puntitas de las orejas al lobo. Hace unos días, en plena lucha contra la fiebre y la incansable tos de mierda, le llegué a comentar a mi mujer que morirse en un hospital en una situación así debía ser lo más horrible imaginable. No miento si digo que la desesperación ha aparecido en más de una ocasión a lo largo de estos días. Y era una neumonía...!!!

Afortunadamente, ya vamos saliendo. Todos los problemas como el paro, el porvenir más que incierto, el puto Gadafi y la central de Fukushima, la crisis que se perpetúa, ZP y sus posibles sucesores... Todo eso queda en un más que segundo plano, todo eso son tonterías cuando ves que el termómetro no da tregua y que sólo puedes bajar la temperatura de tu cuerpo duchándote con agua fría a las cuatro de la mañana mientras no puedes siquiera hablar por los temblores desmesurados y el rechinar de dientes sin pausa.

Ahora escucho mi Betis, que le acaba de empatar al Celta. En un día normal lo estaría viendo en el bar, y aprovecharía el descanso para fumarme un cigarrito con los demás fumadores. A veces pienso que no tengo mucho que ver con la gente que se agolpa en la puerta del bar para inhalar de forma compulsiva, que no los conozco, que no me conocen, y me pongo inexplicablemente triste. Y es que es un acto tan estúpido... como reconfortante sin una explicación clara, siendo sincero. Pero quiero decirle de una vez por todas adiós al puto bicho, por mucho que eche de menos al humo.