martes, 12 de enero de 2010

Prohibido el cante?


No sabía bien de qué escribir, pero mirando por la ventana al cielo gris que nos acompaña desde hace ya demasiado tiempo, he añorado ciertos momentos. Todos ellos tienen que ver con el sol. Es la forma más segura. Hablo de conducir, carretera adelante, inacabable, hormigón y venga hormigón en las medianas, líneas y más líneas, indicaciones en carteles pasando por encima de ti constantemente, y tú adelante, sólo adelante cantando e interpretando el "Raw power" que atrona en el interior del coche, intentando emular las barbaridades de la garganta de Iggy. Porque el disco entero está grabado en tu cabeza. Te lo sabes de pe a pa. Y el sol hace que tus músculos se encuentren sin agarrotamientos, que tus poros comiencen a exhalar cierto aroma; te hace ver los rostros sorprendidos de otros conductores cuando, en paralelo contigo, observan cómo te afanas en entonar "I need somebody, baby...".

Hubo otros momentos, tambíen con la misma banda sonora, pero iba acompañado. Y claro, no todo el mundo está preparado para esta brutalidad, para esos alaridos, para esa obra de arte, soy consciente de ello. Unos me dicen directamente "killo, quita eso"; otros "killo, no grites" cuando en determinados instantes me es imposible reprimirme; otras se me quedan mirando simplemente.

Pero en aquellas ocasiones en las que llegaba solo a casa, con la cara y la camisa empapadas en sudor, mis cuerdas vocales destrozadas para varios días, y me preguntaban que de donde venía así, yo les contestaba "del trabajo, es que vengo cantando".

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